viernes, 14 de junio de 2019

Repasando la historia reciente




Repasando historia


Un día Mikel, un sobrino por parte de mi esposa, me puso en un aprieto. Está en la edad de la adolescencia y cuando en la clase del instituto se queda con ciertas dudas, no se corta en preguntarme porque para ciertos temas del pasado confía en mí como fuente de información, pero este tema en concreto es un tanto escabroso y yo precisamente no soy una autoridad en la materia. Sin más preámbulos me preguntó:


– ¿Cómo fueron los años de la posguerra?


– ¿Te refieres al hambre que sufrió todo el país?


–El hambre, la represión, la reconciliación, la guerra mundial, la recuperación económica. Todo tío, ¿quieres explicármelo?


Hago un repaso mental sobre ello, intentando recordar episodios de la posguerra que afectaron a mi niñez y juventud. Acciones de índole político de los años posteriores al año 40, que por una u otra razón, marcaron el rumbo del país hacia un aislamiento de una Europa desolada y las acciones de veto, que ésta ejerció contra nuestro régimen dictatorial durante varias décadas, que no favoreció ciertamente que pudiéramos corregir aquella deriva. En aquellas condiciones, hubo de recurrir al racionamiento que se mantuvo hasta 1951, al establecer la libertad de precios. Resultaría imposible, conocer los detalles sobre muchas de aquellas conversaciones, que forzosamente tuvieron lugar en aquella década entre España y representantes de países extranjeros, como la reunión de Franco con Hitler en Hendaya año 1940, para eludir entrar en la 2ª Guerra Mundial. Acuerdos el año 1948 en el yate Azor entre el Caudillo y Don Juan, en aquel entonces heredero del trono del reino de España, donde dicen que se sentaron las bases para la futura monarquía. Los Concordatos con la Santa Sede en 1951 que facilitaron a España entrar a formar parte de organizaciones como la OMS en el mismo año, la UNESCO en 1952 o la OIT en 1953. Mejoraron las relaciones con EE.UU. que permitieron ayudas económicas y abrir negocios militares, aunque también hubo que permitir instalar tres bases aéreas y una naval, que nos podía colocar como objetivo adversario, de aquellos países que tuvieran algún enfrentamiento con los americanos. Pero todas las medidas estaban encaminadas a intentar un acercamiento, que desembocara en mejorar la maltrecha economía por la que atravesábamos. En 1953 parece que empezábamos a levantar cabeza, pero la crisis continuaba hasta el año 1960 que despegó la industria y el turismo empezó a tener relevancia. No está claro en qué momento nuestros hoy socios europeos volvieran a tener fe en los españoles, pero la apertura, las relaciones y el conocimiento entre las culturas lo facilitó. Intento dar satisfacción a Mikel recordando más datos, pero me estoy dando cuenta de lo frágiles que son los recuerdos guardados en la memoria. Finalmente digo:


–Quizás mi transcripción de los hechos, no sea fiel a la verdad.


–Me parece tío, que tratas de escaquearte. ¿Por qué?


–Pienso –le explico–, que quizás mi verdad podría estar contaminada por alguna de las siguientes razones:


1. Porque la información académica que yo recibí podía estar manipulada desde los libros de texto, o por los profesores que tenían que seguir un guión, o no poseían la verdad absoluta.


2. Porque los distintos medios de comunicación de la época, estaban al servicio del gobierno y las opiniones vertidas por los mismos no estaban contrastadas, no existía lo que hoy llamamos libertad de prensa y esta era partidista.


3. Porque las palabras eran sacadas de contexto, se silenciaban algunas verdades o se contaban a medias.


4. Además, cuenta también la predisposición del receptor, para filtrar informaciones a su particular interés.


5. La historia siempre la escribieron los que ganaron la guerra.


–Permíteme –le digo a Mikel–, que haga mía la frase del poeta Ramón de Campoamor, “en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mire”.


–No des tantos rodeos que yo únicamente te pido que me hables de los relatos que pudiste escuchar de los protagonistas directos o testigos de esa parte de la historia. A tu modo.


–Entiéndeme Mikel, no intento eludir el tema pero como te he explicado, mis opiniones que a renglón seguido pasaré a exponer, tampoco están libres de los 5 puntos anteriormente expuestos, por esa razón quizás lo más conveniente sea que te hagas tú mismo un juicio con los datos veraces que puedas acopiar sobre los hechos.


Pero ten en cuenta tío, que al igual que ocurre con los evangelios autorizados y los apócrifos, los unos tratan de contradecir a los otros. ¿Qué creer?


–Fueron hechos Mikel, –le dije–, lo que voy a exponer a continuación. Prepárate a escuchar lo que ya sabes y lo que desconocías. Pon atención.


–Que el país sufrió un periodo de conflictos que desembocó en una guerra fratricida muy dura durante tres años, es lo que ya has visto publicado, seguido de un periodo de posguerra demasiado largo con odios acrecentados y una dictadura en el poder que además de no favorecer la reconciliación, trajo recortes de las libertades, hambre, analfabetismo y pena de muerte. Indiscutiblemente, este pueblo vivió durante muchos años con mucho rencor en los corazones de sus habitantes, sobre todo del bando de los que perdieron, que tuvieron que sufrir y llorar calladamente por sus muertos en la contienda. Evidentemente, también los hubo en el otro bando, pero éstos fueron distinguidos con honores cuando no como mártires, y sus familiares podían vanagloriarse de ello públicamente. La represión en los largos años de la posguerra sólo la practicaron los que ganaron obviamente, persiguiendo con ensañamiento a los vencidos a los que llamaban rojos, muchos de ellos fueron obligados a exiliarse y otros, fueron condenados en los juicios sumarísimos que sobrevinieron, simplemente por odios y envidias, que llevaban a denunciar como rebelde, a la persona que se hubiera atrevido a manifestar la más mínima expresión, que pudiera molestar a los fieles guardadores de la paz del régimen. Numerosos jóvenes marcharon del país para evitar enfrentarse a las injusticias que en la calle se vivían a diario, otros que alcanzaron una carrera emigraron en busca de industrias donde poder ejercer lo estudiado, un trabajo que aquí no había. Dicho esto, queda aclarado que la tranquilidad y el orden entre el pueblo era fingida. Los cargos públicos se nombraban a dedo por el régimen instaurado y con el cargo a perpetuidad, apoyado en casi todos los pueblos por los poderes fácticos, que generalmente estaba formado por el funcionariado: Los maestros, el médico, el secretario, el veterinario, la guardia civil y por el cura, apoyando a los terratenientes en cuyas manos estaban grandes propiedades de dudoso origen. Pero eran las formas de la dictadura, el aquí mandamos nosotros y se hará lo que nosotros digamos, lo cual a la gente no le parecía bien y enfurecía, pero callaba por temor. Fueron años en que no cabían otras ideas, y de favoritismos. Con el paso de los años, este horizonte fue tomando nuevas perspectivas con el cambio generacional; fueron desapareciendo los autores materiales de la contienda, volvieron a sus hogares los presos de guerra, y las represalias, fechorías, y venganzas cada vez eran menos. Los que fueron protagonistas de ambos lados en aquellas tristes páginas de la historia de este pueblo, tuvieron hijos y éstos jugaron juntos en la escuela, más tarde estos chicos y chicas, se enamoraron a pesar de los padres o tíos, y ni los hijos de los Rojos ni los hijos de los adeptos al Régimen, entendían las razones que les daban para continuar con el resentimiento generacional, por aquellos ya lejanos acontecimientos que enfrentaron a españoles contra españoles y en muchas ocasiones a causa del azar, se encontraban hermanos contra hermanos, disparando tiros uno en cada bando. Tampoco en la escuela se explicaban las causas que llevaron al país a la guerra; todo se reducía a unas fechas que conmemoraban algunos acontecimientos que para los ganadores de la contienda fueron cruciales. ¿Quiénes fueron los traidores?


Tanto unos como otros, estos alumnos hijos de la guerra, querían saber e iniciaban la búsqueda de la verdad, la verdadera, no la que hasta entonces les ofrecían. Con lecturas y conversaciones que les revelaban otras realidades y en muchos casos participando en manifestaciones y críticas al Régimen. Muchos jóvenes empiezan a soñar con un cambio. La democracia. Confiaban en que se podía hacer un país mejor en el que tuvieran cabida todas las ideas. Los labradores vislumbran que por fin se daba un salto del arado romano, a la mecanización del campo y en las fábricas, los obreros percibían por sí mismos que había llegado la revolución industrial. Ahora el trabajo inhumano lo harían las máquinas. Se romperían por fin las cadenas de la esclavitud. Paralelamente los mandos del ejército animaban al gobierno para ingresar en la alianza de la OTAN y el dictador había decidido quien sería su sucesor. El príncipe Juan Carlos de Borbón. La noticia se recibe con agrado. ¿Será un proceso de cambio? Por fin las puertas de Europa se abren y nos vemos junto al resto de países europeos formando el Mercado Común Europeo.


–Esta ya es historia reciente tío, aquí concluye el tema. Ha estado muy bien. Con estas bases reconoceré a quien falte a la verdad.


‑No es tan fácil. Una guerra civil deja heridas que resulta muy difícil de cicatrizar aunque hayan pasado 75 años. Pero creo que es tiempo suficiente para cambiar los nombres de tantas calles, avenidas y plazas, que siguen con los de generales golpistas. Que desaparezcan de la vía pública tantos monumentos que recuerdan a los héroes del “Bando Nacional”. De algo tan sencillo como dar una sepultura digna a tantos represaliados que fueron enterrados en fosas comunes. Es hora ya de decir toda la verdad ¿No te parece?


‑Naturalmente ¿Qué lo impide?


‑Parte de los que gobiernan el país son herederos de aquellos que protagonizaron algunos hechos deleznables que nunca fueron juzgados y tampoco reparados. Estos intentan eludir, posponer y que con los años se olvide. Consiguiendo el efecto contrario.


‑Para eso se sacó la Ley de Memoria Histórica el año 2007 ¿No?


‑Si, aunque un poco exigua, daría satisfacción a muchos españoles, pero cierto sector de la población con el argumento de que se reabrirían viejas heridas es reacio a aceptar. Tal vez diera pie para cerrar el capítulo pero esa misma resistencia indica que no hay voluntad de aceptar que se lleven a cabo actos que implicarían el reconocimiento de falta y los partidos políticos más conservadores intentan soslayarlo con escusas banales como que el presupuesto no lo permite. De paso esperan que caiga en el olvido, pero el efecto es el contrario.


‑Gracias tío ha sido muy instructiva la charla.


‑No es necesario que me des las gracias, ya me apoyarás cuando tu tía se enfade. ¿Me echarás una mano? ¿Cuento contigo Mikel?


Por supuesto tío.


FIN