jueves, 18 de abril de 2024

NOTAS NECROLÓGICAS

 



NOTAS NECROLÓGICAS

Mantengo cierta amistad con Miguel Padilla, un inmigrante mejicano que recién llegado a nuestro país se empleó como especialista de los servicios funerarios de la ciudad. Pero entre nosotros, en lo que más ocupaba su tiempo era de enterrador. Bueno así era hasta tiempos recientes porque con la evolución de las costumbres para honrar a un familiar fallecido, en esta época que nos ha tocado vivir y morir, los usos en los decesos nada tienen que ver con los de aquel no tan lejano pasado. De ahí que su trabajo antes exclusivo en el cementerio ahora se diversifica con la opción cada vez más utilizada de crematorio que según dice mi viejo amigo es más variado y menos laborioso.

¿Cómo estás Miguel? He notado un cambio a mejor en ti. Últimamente te he visto siempre de traje y corbata, acaso has dejado el macabro oficio de sepulturero.

Gracias por preguntar señor Francisco, pero con los tiempos que corren no me diga esa palabra tan desdeñosa, utilice empleado de pompas fúnebres, que está como más con la actualidad. Y respondiendo a su pregunta, pues que trabajando en un nicho elevado, caí de la escalera y me lesioné la cadera. Ahorita el jefe me varió las labores y me encargo del tanatorio.

¡Caramba! cuánto me alegro ese cambio parece estupendo. ¿No es así?

Puede decirse que ya no estoy expuesto a las inclemencias del tiempo, tampoco he de subir a las alturas y mi uniforme y compostura ha mejorado pero en ocasiones echo de menos el camposanto porque allí, salvo la media hora que la familia acompaña al difunto, todos los permanecen calladitos y el silencio es sepulcral. Reina la paz, sabe usted, lo que en la sala del velorio el único que está en paz es el muerto. Todo el mundo hablando y criticándose unos a otros, hacen que parezca un gallinero. Fíjese señor Francisco hasta donde llega el vocerío, que en ocasiones he tenido que intervenir para pedir un poco de respeto por el difunto, está muy feo hablar mal de los que no se pueden defender, por favor, que les estará oyendo.

Imagino que tendrás muchas anécdotas espeluznantes que podrías contar

Así es, señor Francisco. Pero las tengo de todos tipos mezclados con historias que son simples habladurías o chistes inventados. Las prefiere tristes, graciosas o delirantes.

No lo sé Miguel, cuenta algo divertido sobre los funerales.

Ahí van unas cuantas, a ver qué le parecen.

Era una esposa que contemplando a su finado esposo le dijo a su acompañante: Hay que ver lo bien que le sienta la muerte, no sé por qué se resistió tanto.

Esto sí que es humor negro, Miguel.

Otra viuda en la misa de cuerpo presente escuchó al sacerdote que hablaba del difunto. Hoy, decía, despedimos al que fue marido y padre ejemplar. Alarmada le dijo a su hijo:

Niño mira si el del ataúd es tu padre que creo que nos hemos equivocado de funeral.

Dígame Francisco, este, ¿Cómo lo vio? ¿Le gustó?

Imagino la escena con el fastuoso ataúd al pie del altar, es un chiste bastante grotesco.

En ese caso ahí va otro de funeral algo más cómico.

En esta ocasión el finado era el director de una compañía, muerto al caer su automóvil por un precipicio; sus empleados asistían a la misa funeral en la iglesia local. El reverendo elogiaba al fallecido con gran énfasis como correspondía al benefactor económico de la parroquia: Hoy ha muerto Don Graciano, un cristiano comprometido, un alma generosa y con él perdemos también un gran trabajador.

Un empleado de atrás le preguntó a su inmediato colega. ¿No dijeron que viajaba solo?

Muy bueno, me ha hecho reír Don Graciano, Miguel.

Algunas empresas fúnebres animan a sus clientes a comprar el féretro más caro con un anuncio un tanto espeluznante: Este es el más caro pero es para toda la vida.

¿Cómo lo ve Francisco?

Eso es así efectivamente la familia sabe que es un negocio, pero quiere cuidar la fastuosidad.
 Cuenta más Miguel.

Para Hacienda, también es un negocio, porque parece que morir es un lujo, mientras viajar en taxi lo grava con el 10% de IVA, a viajar en féretro lo aplica el 21%.

Un papá le decía un día a su hijo en el funeral de su abuelo:

El hombre se cree dueño del universo, porque hace que los cerdos le busquen trufas, se viste con piel de oveja, es capaz de adiestrar a los perros para que le defiendan de los lobos, puede cabalgar sobre un caballo y se alimenta con vacas y toros, pero al final se le comen los gusanos.

Uf, este es muy triste amigo mío y tirando para mal gusto.

Ya lo siento Francisco, ahorita le cuento otro más alegre.

Este era un buen nieto que corregía a su anciana abuela ante el ataúd del abuelito: No abuelita lo dices mal, lo que se hace con los cadáveres se llama inhumar. Ahumar es lo que se hace con los chorizos de la matanza.

De verdad que este ha sido mejor.

A ver qué le parece este otro.

Dos mendigos asisten a dar el último adiós a otro vagabundo y entablan conversación. Uno le pregunta al otro. ¿Tú sabes de qué murió? Y contesta el aludido. Debió ser en una pelea porque en la nota leí SEPELIO pero no decía con quién.

Bravo Miguel, Ahora lamento dejarte, pero tengo que trabajar. Volveremos a vernos.

Hasta que nos veamos don Francisco y si no nos vemos que sea por su culpa.

viernes, 22 de marzo de 2024

La cuna del castellano

 



Del latín al castellano

En la escuela de mi pueblo, (Torresandino), cuando estudiábamos con aquella enciclopedia escolar la lengua española, el maestro daba gran importancia al lugar donde el castellano dio sus primeros pasos que según decía fue en el monasterio de San Millán de la Cogolla, provincia de Logroño en la región de Castilla la Vieja, que después pasó a ser la Comunidad Autónoma de La Rioja.

Algo ha cambiado. Los documentos más antiguos del monasterio de Santa María de Valpuesta a 90 Km de Burgos, son considerados hoy el origen del nacimiento del idioma castellano. Estos escritos, conocidos como Cartulario de Valpuesta se anteponen dos siglos del XI al IX a las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla (La Rioja) sustituyéndolas como primer texto en castellano.

La Real Academia Española (RAE) así lo avala, situando por lo tanto en Castilla León, la cuna de las primeras palabras escritas en castellano del siglo IX.

Entre los documentos seleccionados como auténticos por los lingüistas de la RAE, se incluían registros de donaciones de bienes de particulares al monasterio a cambio de entierros o misas en su memoria en un latín viejo, corrompido, que iba desapareciendo por el empuje del nuevo idioma. Los escribanos de la época intentaban plasmarlo en el latín oficial pero este había evolucionado y tenía ya muy poco del latín culto que fue, mientras que un léxico vivo, de la calle se colaba en sus escritos. Ahora filólogos y paleógrafos del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua acreditan la validez de 184 documentos como primer testimonio del romance hispánico.

sábado, 24 de febrero de 2024





Los chopos

Este árbol es el más común en muchos de los pueblos castellanos, tal es el caso de Torresandino mi 

pueblo, en el valle del Esgueva burgalés.

El chopo o álamo negro consiguientemente es uno de los árboles más abundante de la Península Ibérica 

donde se encuentra distribuido por la mayor parte del territorio hasta cotas de 1800 m. Pero su origen 

es controvertido aunque parece ser natural de la Península Ibérica y fue introducido en América por los 

colonizadores españoles. Pero se extiende desde antiguo por Europa, Asia y el norte de África.

Sus hojas caducas, triangulares de borde aserrado, miden de 3 a 6 cm y son de un verde intenso por 

ambas caras que se vuelve amarilla antes de la caída al final del otoño. Para el aprovechamiento 

forestal 

se suele talar con alturas de 20 a 30 m hacia los 25 años, su longevidad normal ronda los 70 – 80 pero 

puede alcanzar los 100.

Por su rápido crecimiento su madera es blanda y no puede competir con otros árboles por lo cual es de 

escaso valor pero por la facilidad de su cultivo, se encuentran plantaciones de muchos ejemplares 

porque tiene múltiples aplicaciones como por ejemplo en elaboración de pasta de papel, tablones y 

palets, embalajes livianos, en la construcción etc.

Entre los otros usos del chopo, dicen que con los brotes nuevos o yemas se hace un ungüento para la 

curación de las almorranas. También, que se usaba para teñir de amarillo o verde. Además de otras 

propiedades que son utilizadas en farmacia. Y después de haber sido talado, de la madera en 

descomposición de los tocones surgen las setas de chopo, de buena calidad y muy ricas al ajillo.

Las flores masculinas y femeninas, crecen agrupadas en una espiga o racimos colgantes y alargados. 

Los frutos se abren al madurar y liberan unas semillas parduzcas envueltas en un tejido algodonoso, 

que el viento dispersa en primavera. A menudo esta pelusa se confunde con el polen, debido a que 

coincide con el tiempo de las alergias.

Este árbol resiste bajas temperaturas y no es raro verlo solo o en filas, junto a caminos y carreteras. 

Pero para una explotación económicamente interesante, la plantación suele contar con cientos o miles, 

que tendrán un rápido crecimiento si el terreno está en zona húmeda o en lugares donde el agua esté 

presente, como manantiales, fuentes, las riberas de los ríos, orillas de lagunas, embalses y zonas 

encharcadas.

Durante el tiempo de desarrollo, las choperas se van transformando en una zona de importante 

biodiversidad y riqueza ecológica. La flora alrededor del chopo, que empieza a aparecer con las malas 

hierbas, arbustos, matorrales, cardos, espino, rosal silvestre, zarzas, mimbreras, pero progresivamente 

van brotando de forma espontánea plantas autóctonas con presencia en el entorno como saucos, 

salciñas, sauces, fresnos o alisos.
 




La fauna es considerable en ornitología, que cuenta con la presencia de aves como: mirlo, urraca,

paloma torcaz, petirrojo, jilguero, estornino, gavilán, grajilla, pájaro carpintero, gorrión

molinero, carbonero abubilla, ratonero, cigüeña y otros.

Las choperas especialmente al mediodía, atraen actividades estivales; tal es el caso de comidas al aire

libre, acampadas o simplemente como refugio de los fuertes calores veraniegos. Pasando el mediodía

empiezan a estirar sus largas sombras hacia levante, huyendo de los rayos anaranjados del sol en su

retirada hacia poniente, en una bonita puesta de sol.

El chopo, también llamado álamo negro se puede confundir con el álamo blanco del que sus diferencias

principales son:

Los dos son de hoja caduca pero la del chopo es verde brillante por ambas caras y la del álamo blanco

es también verde pero blanquecina o plateada por el envés. En otoño, las de los chopos se tornan

amarillos antes de la caída de las hojas y las de los álamos blancos no. La corteza del chopo, clara y

lisa de joven se vuelve pardo grisácea, arrugada y nudosa con los años y la del álamo blanco es blanca

y lisa.

En la literatura, sea en verso o en prosa, el chopo es un árbol mencionado con frecuencia en sus obras

por conocidos autores en castellano. Entre otros: Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pedro

Salinas, Víctor de la Serna o José Martínez Ruiz, ‘Azorín’.

miércoles, 24 de enero de 2024

EL BURRO

 

El burro

Yo, como nací en casa de un campesino, tuve un pequeño borriquillo en mi infancia. Le llamábamos Solucinio. Fiel compañero de mi padre, marchaban juntos al monte y le servía de animal de carga y cabalgadura, pero los días de asueto era mi mascota y jamás lo hubiera cambiado por el más caro de los juguetes de los niños de alta cuna. Hoy en día se ha dado la vuelta a la tortilla y son los nuevos ricos quienes compran a sus retoños un pollino rescatado en una casa de acogida. Eso está bien.

El burro, es ese animal doméstico que conocemos bien en España, descendiente de su ancestro el burro salvaje del norte de África domesticado hace 9000 años. Es conocido también con los sinónimos: Pollino, jumento, asno, acémila, y rucio. Injustamente para el animal, se aplica como peyorativo a personas tercas, zotes, ignorantes, torpes etc.

Pertenece a una subespecie de la familia de los équidos como los caballos, o las cebras y comparte con ellos que sus patas terminan en un solo dedo con una única uña ancha y fuerte en cada extremidad que llamamos casco. Comparado con el caballo es de talla inferior, tiene las orejas bastante más grandes, la cabeza más corta y no tiene crines en rabo y cuello. La onomatopeya de su llamada es diferente. El caballo relincha, el burro rebuzna.

Generalmente ha sido empleado en el campo, para arar, sembrar, trillar; mover una noria, en el transporte de mercancías o acarrear leña para el hogar; pastoreo, trashumancia y minería en el Sur de Europa, hasta la aparición de los motores. También viven muchos burros en zonas montañosas de América, donde fueron introducidos por los conquistadores y en Irlanda donde llegaron a través de España a cambio de caballos durante la guerra napoleónica.

Con los siglos, de animales de la misma especie, surgen razas diferenciadas. En España existen: Encartaciones, Mallorquín, Rucio, Alazana, Zamorano Leonés, Cordobés Andaluz y Catalán. Del cruce de animales de distinta especie nacen hijos híbridos, que no pueden reproducirse: Burro fecunda yegua nace la mula o mulo. Si caballo fecunda a burra, nace el burdégano; híbridos en ambos casos pero de mayor tamaño que los burros y más fuertes para el trabajo.

Ya no existen ejemplares verdaderamente salvajes, cuando se habla de burros salvajes, en realidad estos son domésticos, que fueron abandonados o que se escaparon de sus amos y se reprodujeron en libertad.

Su población ha disminuido considerablemente porque no es interesante económicamente su crianza. Escasamente interesa en gastronomía y menos aún en guarnicionería pero no están en peligro de extinción porque están protegidos por ley y surgen nuevas iniciativas que requieren de su participación, como burro taxi, turismo de montaña o burro terapia con niños discapacitados.

No obstante siempre ha sido un animal muy cercano a los humanos y por las necesidades perentorias de los tiempos, el trabajo específico que se les exigía era duro y el trato que se les dispensaba a veces demasiado exigente; las personas siempre tuvieron con los nobles burros empatía y elogios haciéndoles colaborar en la ficción de fábulas, relatos novelescos, cómics y cuentos. Ejemplos:

El rucio de Sancho Panza, que no necesitaba más nombre.

Burro de Pinocho, de gran corazón y muy valiente.

El burro flautista, fábula literaria de Tomás de Iriarte.

Platero, que según Juan Ramón Jiménez es tan blando por fuera que se diría todo de algodón...

Igor, el burro triste y pesimista de Winnie the Pooh.

El burro inseparable del ogro Shrek divertido y extravertido.

Benjamín burro de Rebelión en la Granja, astuto e inteligente.

Siguiendo con la literatura sagrada, en el Antiguo Testamento, ya se mencionaba la ijada de un burro contemporáneo de Caín y Abel.

Más reciente, la burrita del portal de Belén, la huida a Egipto o Jesús entrando en borriquillo a Jerusalén.

Finalmente la poesía de Gloria Fuertes que le devuelve al burro toda la dignidad, para los niños.

He escrito este artículo como homenaje a mi burro Solucinio. Hace más de 60 años que murió a la edad de...Realmente ya no recuerdo su edad, yo tendría 10 pero él estaba muy mayor, debía tener muchos. Dicen que pueden llegar a los 40. Lo que no he olvidado son sus grandes ojos oscuros, inteligentes, alegres al salir al campo y sumisos al regresar. O su potente y prolongado rebuzno cuando en las cercanías olfateaba una hembra de su especie. Hi-aaa, hi-aaa, hi-aaa...

Los niños le queríamos y creo que le gustaba que jugáramos a cabalgar montados sobre su lomo. Está claro que él también nos quería.

Qué años aquellos en Torresandino, un pueblo del valle del Esgueva en Burgos. Un burro y niños alrededor.