martes, 16 de octubre de 2018

Mis Raices Casconas - 45 - DESPUÉS DE TU MARCHA

DESPUÉS DE TU MARCHA



       ¡Ay abuelo! Como ha cambiado la vida. Si alguien te hubiera dicho que desde ese monte que conociste bien, pongamos por ejemplo en la zona de los Caserones, que está más o menos a 15 Km del pueblo, los labradores hablarían por teléfono con su mujer sin parar de arar con el tractor, con una temperatura en la cabina de los grados que quiera elegir, si 20, pues 20 si ese es su deseo, aunque fuera haga 40 y cerveza helada si les gusta así, a la vez que se distraen viendo el parte meteorológico en una pantalla de TV. , Y que son capaces de realizar en 2 horas, el trabajo que tú hubieras tardado 3 días, seguro que pensarías que te has tropezado con un escapado del manicomio.
       En realidad, es que se ha trastocado todo. ¿Si alguien te hubiera dicho que el vino de La Ribera competiría con lo mejor de España? ¿Y si hubieras escuchado que desde el gobierno te darían dinero por no sembrar nada en tus tierras? ¿Y que la mayoría de los matrimonios sólo tienen un hijo por propia voluntad? ¿O qué la mayoría de los chicos y chicas no están interesadas en casarse hasta pasados los 30 años?¿Y cómo te lo tomarías si te explicara el veterinario que ya no hace falta llevar a la cerda al verraco?, Pero lo que es más serio; ¿que la mujer tampoco necesita de la participación del hombre para ser madre? No, no te estoy hablando del milagro de la Inmaculada Concepción, sino de algo ya generalizado, al alcance de todas las mujeres.
     Ya nada es como era y pienso que ha empezado una gran revolución, algo similar a lo que debió de ocurrir, cuando los hombres en la prehistoria descubrieron el fuego y empezaron a utilizarlo, consiguiendo evolucionar hacia los cambios que llevarían al hombre a la civilización. La gran diferencia entre una y otra revolución es que aunque aquella necesitó de muchos miles de años, trajo el progreso. Y ésta va a una velocidad que da miedo solamente pensar que la vertiginosa escalada podría terminar en una involución catastrófica.
       Cuando dentro de unos años yo pueda mantener con mi nieto una conversación de adulto, le contaré que cuando yo iba a la escuela Grupo Escolar Virgen del Carmen de Toqrresandino, no había walkman TV, GPS, CD, DVD, blu ray, cámaras digitales, lavavajillas, neveras, teléfonos móviles, secadoras, vitrocerámica, microondas ni placa de inducción y no teníamos agua corriente, en algunos pueblos tampoco electricidad, no existían las cuentas corrientes, tarjetas de crédito ni tarjetas black u oro, no había discotecas, los viernes se prohibía comer carne, el resto de la semana no teníamos para comprarla, los domingos más por obligación que por devoción, íbamos a misa, el panadero repartía el pan, el lechero la leche, las patatas se las comprábamos al campesino, y este señor en ocasiones, nos permitía ver de donde venían los huevos o como nacían los cerditos, aún no había  supermercados porque con la tienda de ultramarinos nos apañábamos, no había gas, se cocinaba haciendo fuego con maderas que llamábamos leña en una chimenea en la cocina, un helado se compraba con 50 céntimos de peseta, (lo que significaría que con 1€  tendríamos helado casi todos los días del año.) también podíamos comer dulces, y los mayores fumaban en todos los lugares, también nos dejaban participar cuando se mataba el cerdo y no había jardín de infancia ni nos acompañaba nadie para ir al cole.  En el momento actual, nosotros mismos estamos asombrados de las formas en que hoy, podemos cocinar los alimentos o calentarlos, además de muchas otras utilidades que tenían como protagonista indispensable el fuego y hoy ya no lo es tanto. Sí abuelo. Mi nieto me dirá que no le cuente milongas que miento más que hablo, que no es posible la vida sin todas esas cosas de primera necesidad, o vete tú a saber, me puede salir diciendo: “!Jo, qué guay os lo debíais de pasar pipa¡ “
       Y la invención de nuevos ingenios no se termina. El desayuno se calienta metiéndolo al microondas (parecido a un cajón), 2 minutos es suficiente. Las cazuelas hierven en 3 minutos encima de una placa que llaman inducción  sin necesidad de que haya llama, ni partes candentes. A lo que llamamos un robot de cocina solo le tienes que meter los ingredientes y condimentos de la receta y enchufarlo, y sin fuegos ni chispas, en 1 hora está listo para comer. Casi tan rico como lo que la abuela cocinaba.(Bueno he de reconocer que no tan rico).
      ¿Dónde está el límite de esta evolución?  La necesidad de gigantescas cantidades de electricidad nos han llevado al descubrimiento de la energía nuclear, casi inagotable, pero que ya ha demostrado lo extremadamente catastrófica que puede ser ante desastres no previsibles de la naturaleza. Da miedo pensar que, esa misma peligrosidad de esta energía,  pudiera caer en manos de algún personaje “iluminado” o de algún loco de los que por distintas razones están al mando de naciones poderosas, y que un fatal día éste bonito planeta  se convierta en una ruina.
      Si pudieras salir de donde estás, para ver eso y mucho más que tampoco entenderías, te volverías otra vez a tu tumba, antes que quedarte en este mundo de locos.