martes, 1 de julio de 2014

Abadía

Al anochecer, aquel amante adolescente ascendía ansioso al ardiente aposento; afirman alcanzaba ágilmente aquel, agarrándose al alfeizar acordado, apareciendo allí Afrodita, anhelante, aguardando al audaz Adonis. Alguien avisó al abad. Atestiguan, aplicaron alevosamente abusivo apaleamiento al ardiente arriesgado. Al amanecer, avanzaba avenida arriba ampliamente afectado, anunciando a algunos amigos, abandonaba anteriores anhelos.