sábado, 15 de marzo de 2014

Mensaje en una botella para mi suegra.

“Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo… “

 — ¿Cómo está mi querida suegra? ¿Qué has encontrado en una botella?

 — Pues yo diría que es un mensaje de socorro pero no recuerdo cuándo fuiste tú un náufrago.

 — ¡Qué tonterías estás diciendo! ¡Dime, qué pone en el mensaje ése!

 — Verás, algunas palabras no las veo bien, aunque entre líneas está claro que hablas de “una región sin explorar” ¡Ay Dios mío, me da miedo! Y aquí dice algo así como “en términos enólogos” no sé qué significará, estarías delirando, “llegué a ese lugar por un accidente del destino”. ¡Vaya nombre para un barco! ¿No? Y por tus palabras parece que dices, “he descubierto una variedad de tipo tempranillo”. Sería un tipo primitivo, un caníbal. ¡Ay Señor Jesús! Pero seguiré leyendo. “Me propongo estudiar si se adaptaría bien el cabernet sauvignon con los frutos del terruño. Creo que se sacarían buenos caldos”. Pobrecito, cuanto hambre has debido pasar en aquella caverna, y sólo a caldos de verdura. Después hay otro párrafo que no entiendo pero el resto está más legible. “Conseguí una prueba para analizar el concentrado de sulfito”. Quizás querías decir sofrito.

 — Tranquila mamá, que los mensajes de náufrago van dentro. Éste va pegado por fuera para que no te lo bebas confundiéndola con las otras botellas. Y te lo explico: La región sin explorar es de aquí de Navarra, una zona reducida que tiene un microclima particular, con viñedos tradicionalmente del tipo tempranillo* y garnacha*, pero nunca se han mezclado con la variedad cabernet sauvignon* y estoy seguro que la calidad de los vinos de esa zona mejoraría notablemente. En primer lugar analizaré esa muestra, para conocer la cantidad de sulfitos.

 — ¡Ah, ahora empiezo a entender! ¿Pero a qué muestra te refieres?

 — Precisamente, el vino de la botella que tiene esa etiqueta; cuál va a ser.

 — Claro, ya decía yo que estaba muy bueno, para haber estado la pobre perdida en el océano. Pues lo siento. Ya no queda.

 — ¿Quéeeeeeé…?







* Se pueden ver las distintas variedades de uva en el siguiente enlace.


viernes, 14 de marzo de 2014

Unos surcos en lo baldío.

Soy Francisco, familiarmente Paco. Mis padres vivían en Torresandino, un pueblo burgalés, cuando me llegó el momento de salir al mundo. Según me han contado era un lunes con luna nueva y lo primero que oí decir fue: "Antolina, es un niño". Esta frase dirigida a mi madre, hablaba de mí y aunque yo no lo entendí muy bien, percibí que eso hizo que se pusieran contentos. Ocurría en una anticuada habitación del ajado domicilio en la calle de las escuelas. Habría mucho que contar, pero muy poco está escrito, por eso he comenzado con el título de "unos surcos en lo baldío".

Emigré a Bilbao con 12 años, pero todos los años he vuelto y llevo con mucho orgullo el gentilicio de cascón, aceptado por todos los nacidos en esa tierra. Trabajé durante 46 años como técnico industrial y hoy, ya jubilado, escribo a la vez que ejerzo de abuelo.

Inicio esta aventura "bloguera" para compartir esta afición literaria con familiares, amigos y todo aquel que pueda estar interesado en mis relatos. Espero que la lectura resulte agradable al lector. Conseguirlo es mi objetivo, y sería mi satisfacción.