lunes, 5 de abril de 2021

LOS TRES MOSQUITEROS

 

LOS TRES MOSQUITEROS

La diferencia de este título con el de la novela del escritor francés Alejandro Dumas es muy sutil, por esta razón quiero enfatizar que los protagonistas de este artículo, son tres especies de gráciles pájaros migratorios, especialistas en la captura de mosquitos y otros insectos al vuelo. Esos animalitos que tanto beneficio reportan a los humanos controlando plagas, por culpa del tratamiento irracional que le estamos dando a la naturaleza y el cambio climático, tienen su futuro seriamente amenazado. La disminución drástica del número es ya insoslayable y de hecho la ley les considera especie vulnerable.  

Se trata de la golondrina, el avión y el vencejo.

Cada año, anuncian el buen tiempo regresando a los pueblos castellanos por primavera. En Torresandino, mi pueblo, desde niño observaba sus juegos incansables, tratando de seguir sus rápidas cabriolas y acrobacias o a escuchar su jolgorio de gorjeos, pitidos y chirridos característicos calle arriba y abajo como siguen haciéndolo hoy en día, pero ahora sé que aunque todos tienen un gran parecido, no son aves de una sola especie. 

El vencejo común (Apus, apus): Es de color uniforme marrón oscuro casi negro, excepto en la base del pico y garganta que es claro. Tiene mayor envergadura y peso que sus competidores y su vuelo es el más enérgico gracias a sus alargadas alas en forma de guadaña, pero por la morfología de las patas es diferente de los otros dos, este las tiene muy cortas cubiertas de plumas y sus garras son fuertes, pero con los cuatro dedos todos hacia adelante; con este tren de aterrizaje no debe posarse, porque con el impulso de las extremidades inferiores no consigue alzarse del suelo lo suficiente para remontar y esa es la razón de que nunca baja al suelo, permanece surcando el cielo durante meses, siempre por encima de donde se mueven los otros dos. Vive, come, duerme y hasta copula en el aire. Sólo se posará en la época de anidar que lo hace con plumas, pajas y otros elementos que recoge en sus correrías. El lugar elegido será elevado, como grietas de farallones o edificios altos desde donde se tiran para despegar.

La golondrina común (Hirundo rústica): Tiene la espalda y alas de color negro con tintes violáceos y el vientre claro casi blanco, excepto la papada de color rojo con collar de negro. Es la de menos peso, aunque la longitud es la mayor si se mide hasta el final de las largas plumas que sobresalen en la ahorquillada cola y sus alas aunque no son las más largas, sí que son las más estilizadas y aerodinámicas dado su tamaño. Los nidos en forma de taza los fabrican con barro en un lugar cubierto de la lluvia, como puede ser bajo un alero o cornisa de edificios de poca altura como casas o establos; deja sin cubrir la parte superior para entrar y salir en sus idas y venidas con el alimento para sus polluelos. Su vuelo de constantes piruetas vertiginosas es el más bajo de los tres, muchas veces rozando el suelo.

El avión común (Delichum Urbicum): Es de color negro, excepto la garganta, tripa y la parte baja de la espalda que son blancas. Las medidas de su cola ligeramente ahorquillada, la longitud total y la envergadura por las alas son las más cortas de los tres. En el peso está bastante igualado con la golondrina, pero su aspecto parece más rechoncho. En sus vuelos, generalmente ocupa el espacio entre el vencejo y la golondrina. Elaboran el nido como las golondrinas, de barro, con la diferencia que este lo cierra hasta por arriba, dejando sólo un agujero para entrada y salida. Estas dos aves tienen mucha afinidad y aunque al avión le gusta anidar algo más alto, es bastante normal encontrar sus nidos en la misma fachada, contiguos o intercalados y verles descansando juntos posados en la misma línea de la red eléctrica o telefónica.

Hasta aquí las claves para identificar a los tres mosquiteros, con dieta exclusiva de insectos y adaptados a vivir cerca del hombre. Con el frío se van pero regresan cada año; vuelven esperando encontrar su nido, su casa en el lugar donde nacieron, en su pueblo. Respetémosles.