lunes, 15 de marzo de 2021

RENGLONES CON EL ARADO



RENGLONES CON EL ARADO
En Torresandino, los jóvenes de hace un siglo aprendían a surcar renglones con el arado desde la adolescencia. Cultivaban el campo con sus manos y la ayuda de algún animal, era muy trabajoso y aunque las tierras eran pequeñas y la cosecha de los cereales se segaba con hoces y se trillaba en la era con trillos tirados por machos o mulas. Después se tenía que separar el grano de la paja levantándolo al viento con el bieldo para que se separasen a un lado el grano y a otro la paja; después, por los años 50 del pasado siglo, llegaron las beldadoras que aliviaron un poco esta tarea.
Más tarde, el tractor y las cosechadoras sustituyeron definitivamente a los animales y se empezó a producir más con menos mano de obra. Aparentemente, el campo de Torresandino no es muy propicio para la actividad agraria, especialmente por su altura de 855 metros y un clima escaso en lluvias, cuatro meses de heladas seguras y veranos muy calurosos, que pueden hacer peligrar la cosecha. Sin embargo, el terreno es fértil para cultivos de secano en general. El agricultor sigue mirando al cielo pero no es esta variable la única preocupación porque al fin y a la postre será el importe de venta del grano lo que haga que la campaña resulte más o menos rentable. Desafortunadamente el precio percibido por el productor en los últimos 50 años ha seguido una trayectoria a la baja brutal mientras que la maquinaria y todos los gastos esenciales en la agricultura no dejan de subir.
Algunos cambios positivos se han ido dando sobre todo a raíz de entrar España en la unión europea, llevados a cabo al adaptarse a las reglas marcadas por la Política Agraria Común (PAC). Condicionando el uso de abonos, el tipo de cultivos y el respeto por el medio ambiente. Directrices que también traían emparejadas importantes subvenciones.
Burgos, es la segunda provincia en renta agraria de Castilla y León con un 13,3% de la junta y los valores de superficie dedicada a cultivos de secano, pero según la Encuesta de Población Activa (EPA) actualmente sigue en proceso de reducción de trabajadores empleados.
Torresandino con 9.320 hectáreas presume de liderar en la provincia de Burgos el sector de la agricultura de secano, principalmente en cebada y trigo, pero adolece de tener fincas pequeñas y muy alejadas, hasta más 10Km del núcleo urbano. En resumen, los puntos que requieren cambios y hay que mejorar serían:
1º La creación de cooperativas entre agricultores, pero el envejecimiento de la población sigue siendo un obstáculo para ello. La percepción de que la calidad de vida del campo es menor respecto a la ciudad es la causa de que los jóvenes rechacen continuar con la hacienda de sus padres.
2º Supondría un gran avance, si definitivamente se llevase a cabo la concentración parcelaria, una aspiración del pueblo desde hace ya demasiados años. Imprescindible en una nueva agricultura, donde cada vez más prima la productividad y competencia.
3º La implicación de la mujer en el campo es necesaria, especialmente por la escasez de población en edad activa que pueda trabajar en el sector agrícola.
Conclusiones: Los problemas más fundamentales de la agricultura son los climáticos (como las heladas, las granizadas, las sequías, las lluvias) contra los que nada se puede hacer, pero urge transformar las explotaciones para hacerlas más competitivas. En sintaxis los puntos siguientes:
Aumentar la superficie de las fincas, apostar por el regadío cuando sea posible e incorporar jóvenes y mujeres al sector.
El reto podría apuntar hacia inversiones en la industria agroalimentaria pues se constata que productos como la morcilla o el queso de Burgos tienen muy buena aceptación incluso fuera de la comunidad autónoma. Siempre se dijo que no es bueno tener todos los huevos en la misma cesta.
La última cosecha resultó una de las mejores de este siglo y este año 2021 por fin parece que el precio de los cereales sube más que sustancialmente en los mercados internacionales. La causa, parece apuntar a la desaforada demanda de China para abastecer su creciente cabaña ganadera, en especial de porcino y merma en la agricultura, por el éxodo de campesinos chinos hacia la industria. Sería una buena ocasión para afianzar los cimientos del futuro, porque en Torresandino la agricultura es una forma de vida que todavía persiste, pero no se sabe cuánto más.
Hoy, un futuro incierto hace que la agricultura se enfrenta a un mercado global, de gran calidad y competente. Ahora los surcos ya no son renglones con el arado, se trazan en oficinas.