jueves, 11 de agosto de 2022

LAS BODEGAS DEL CASTILLO

 

Como ermitas al dios Baco, en las cuestas del paraje que en Torresandino llamamos El Castillo, proliferaban varias docenas de cuevas subterráneas excavadas con mucho trabajo, mucha voluntad y no menos tesón. Nuestros antepasados de hace más de doscientos años,  emprendieron la tarea con ahínco, picando a mano la arcilla con una simple azuela hasta conseguir profundidad de entre 9 y 12 metros y amplitud suficiente para dar cabida a grandes toneles, buscando en las entrañas de la tierra las mejores condiciones de humedad, temperatura entre 14 y 16 ºC durante todo el año y el silencio y reposo de esas estancias para la fermentación de los mostos extraídos de la uva del majuelo propio y la conservación de los vinos elaborados con mimo, para el consumo

 familiar.



 Hacia el mediodía como si fuera un protocolo, el cabeza de familia dando un pequeño paseo se acercaba a la bodega con el jarro de barro o un pequeño garrafón, para llevar al hogar lo necesario para el día y disfrutar del vino que bajando las escaleras siempre lo encontraba fresquito. El porrón era un elemento permanente en nuestras mesas y la bota de cuero compañera del labrador, cuando estaba de laboreo en las viñas o por los campos de cereales.

Se pasaban muchos ratos con los amigos, charlando a la tenue luz de una vela apoyada sobre la cuba, con un vaso en la mano degustando el caldo de la última vendimia o bien a la entrada que llamaban el contador, donde se merendaba o almorzaba, de parrilla, escabeche o fardelejo. Mientras disfrutaban de las viandas y el vino, se platicaba sin reservas entre personas. Vecinos de Torresandino, sin distinción de clases, en la bodega todos iguales: El pastor, el hortelano, el secretario, el alguacil, el herrero, el veterinario y el señor cura. Y en las venerables paredes bien podían haber quedado, grabado, secretos de alcoba, de confesionario o de estado y sobre todo el eco de muchas jotas. Qué bien sonaba, la acústica ayudaba y la juerga era propicia los días de fiesta.Así era por no tener otras diversiones, pero ya desde hace tiempo esto fue cambiando, quedando en el destierro del olvido.

 


 Nuevas tecnologías invaden los hogares y los cascones sucumben ante los eficaces frigoríficos dejando las  bodegas abandonadas a su suerte, que no es otra que la seguida ya por la mayoría, derrumbarse y desaparecer.

                                   

Los usuarios en sus reiteradas idas y venidas habían hollado el camino, pero desde que quedó abandonado no lleva a ningún lugar, empezó a desaparecer engullido por espinos, ortigas y cardos. Solo en algunos tramos se puede intuir que alguna vez estuvo allí.

                                 

Dos acacias aguantan estoicas el paso del tiempo. Como centinelas que fueron testigos vivos de tantas fiestas espontáneas alegres y bulliciosas en las tardes y noches estivales tendrían mucho que contar. Podrían recuperar de entre sus raíces las memorias de los que ahogaban sus penas con un clarete de paladar fácil y acababan durmiendo la mona al raso, las tribulaciones de los enamorados por escabullirse del grupo para dar paso a su pasión, un joven que se creyó frustrado en el amor por el efecto de la chispa espontánea del alcohol o alguna joven que a la luz de las estrellas, perdió su candidez.

                                  

Mención especial se merecen media docena de bodegas, próximas a la población que permanecen gracias al tesón de sus propietarios. Desde luego, son ejemplo muy loable, que se merecería la consideración de Bien de Interés Cultural.

viernes, 15 de julio de 2022

Viva la Virgen del Carmen

 

¡¡¡Viva la Virgen del Carmen!!!

¡¡¡ Vivaaa !!! 

Es María, con Jesús en brazos portando la corona, los hábitos de la cofradía y el escapulario. Pero todos decimos nuestra Virgen del Carmen.

Pequeñita, pero es tan bonita...

Es la patrona, de Torresandino y la imagen más venerada de los cascones. Las fiestas en su honor se celebran según la costumbre muy arraigada aquí y en otros muchos pueblos y ciudades de España. Por todo el mundo se repite esta advocación del 16 de julio.

El ambiente es el de grandes fiestas con pregón, romerías, comidas de fraternidad, espectáculos, atracciones para todas las edades, pero sobre todos los actos prevalece la misa mayor concelebrada y la procesión por las calles del pueblo con la venerada imagen en su bella carroza acompañada de autoridades, vecinos y foráneos. Mención especial el grupo de danzas regionales y dulzaineros local que nos deleitan con su saber hacer y a los sones de la música, decenas de voluntarios salen delante de la comitiva para bailar la jota tradicional, avanzando de espaldas para no dar la espalda a la imagen entre vítores a la Virgen.

¿Por qué todos la llamamos Carmen, Virgen del Carmen, Ntra. Señora del Carmen? ¿Por qué no María, Virgen María?

Proviene del monte Carmelo en Tierra Santa, hoy el actual Israel entre el Mediterráneo y el valle Jezreel. Allí se instalaron unos eremitas en el siglo XIII que veneraban a Sta. María y a mediados de siglo construyeron la primera iglesia dedicada a ella y fundaron la orden de los carmelitas. El día 16 de julio de 1251 se le apareció la imagen al superior de la misma, San Simón Sock, el cual le añadió el sobrenombre de Stela Maris (Estrella de los mares). La aparición dio lugar a que se popularizase como Santa María del Monte Carmelo.

Así fue como se pasó a denominar la Virgen del Carmen. A día de hoy se sigue celebrando en esa misma fecha y son muchos los que ponen a sus hijas o hijos: Carmen, Carmelo o Karmele. Obviamente, a los niños el fervor les viene desde la cuna.

Los misioneros españoles llevaron la devoción a América cuando la colonización, por eso se celebra esta festividad por varios países de ultramar desde el siglo XVI.

También es la patrona de marinos pescadores y de todos los hombres que viven del mar. De la Armada española lo es desde 1901.

El escapulario de la Virgen del Carmen identifica a quien lo lleva como perteneciente a una orden, la del Carmen y debe estar bendecido por un sacerdote. Es un signo externo que distingue a quien es seguidor de la devoción mariana, de color marrón y lleva en un lado la imagen de la Virgen y del otro el corazón de Jesús. Pero sin duda todos los de este pueblo, cofrades o no, la sienten como su protectora, sienten orgullo de tenerla como patrona y la llevan en el corazón.

 

¡¡¡Viva la Virgen del Carmen!!!


jueves, 9 de junio de 2022

LOS ÁRBOLES

 

LOS ÁRBOLES

 

Ahora desearíamos que volviera a cubrirse el paisaje castellano con extensos bosques de encinas, enebros y robles, mezclados con retama, carrasca, brezos y esquena, como nos consta que lo estaba en la Edad Media. Ojalá fuésemos capaces de devolver la vegetación de aquella estampa que imaginamos, para que con su presencia evidenciasen que los hombres habrían recuperado la razón y que al fin, reconocen las innumerables ventajas que aportan a la tierra, ya conocidas y apreciadas por nuestros antepasados como lo atestiguan documentos de la antigüedad. Se sabe que utilizaban los bosques de modo sostenible manteniendo grandes superficies desde tiempos inmemorables hasta la Edad Contemporánea. Pero también sabemos que llegó a tener un valor elevado y por enriquecerse, en los siglos XIX y XX atacaron sin miramientos los bosques con hachas y sierras, talando incluso hasta los más distinguidos ejemplares.

Eso era común al sur y sudoeste de la provincia de Burgos y en mi pueblo, Torresandino no lo fue menos. Buena parte de nuestros límites lo ocupaba el monte que por la abundancia de monte bajo y carrasca de encina llamaban El Carrascal. Quién pudiera tener ahora semejante riqueza arbórea.

Podemos lapidar la discusión con la conocida expresión:

“Mataron la gallina de los huevos de oro”.

Se puede atribuir al árbol una larga lista de favores y por señalar alguno de ellos, indicaríamos que son fuente energética por su aportación de leña para calentar el hogar y carbón para la industria. Elemento de primer orden en la construcción y amueblado de la casa. Materia prima en la industria papelera además de multitud de útiles y herramientas. Complementa la dieta humana dándonos fruta fresca como manzanas, peras, cerezas y ciruelas o secos como nueces, almendras, avellanas, piñones etc...Tomados tal cual o en zumo, jarabe, repostería y otros usos de cocina. Bellotas, hojas verdes e innumerables bayas son sustento importante en el pastoreo de cerdos, ovejas, caballos, cabras y atraen una variada fauna de aves, mamíferos y otras especies inferiores. Los suelos se vuelven fértiles en su entorno porque las raíces, el follaje de las ramas, los líquenes y los musgos retienen el agua de lluvia, protege del frío y heladas extremas a los campos próximos de cereales y la descomposición de las hojas caídas, es una fuente de humus que produce el compost que fecunda el terreno dando lugar a la actividad micológica del bosque.

No se puede asegurar que la corona no se preocupara de este tema, especialmente los Reyes Católicos y Felipe II manteniéndose la preocupación oficial que estuvo latente sobre todo los siglos XVI a XVIII. Quizás no estuvieron a la altura deseada las autoridades locales y las roturaciones y los abusos en la explotación hizo avanzar el deterioro y desaparecer algunos montes, lo cual beneficiaba a la expansión de la actividad agraria pero perjudicaba al pastoreo, dando lugar a disputas y desavenencias que por lo general terminaban en conflictos y demandas entre gremios, vecinos y pueblos.

Viejos litigios por los derechos a pastos o leñas entre Roa y el concejo de Nava, Entre Sotillo y La Horra, Torresandino y Villafruela, Tórtoles y Castrillo etc... Así lo corroboran los documentos sobre los largos y casi permanentes pleitos mantenidos.

Pero también han llegado hasta nuestros días, noticias de concordia como el acuerdo adoptado por Torresandino y Villovela de Esgueva, prohibiendo y sancionando con multas elevadas, para evitar que se cortase por pie y respetar la rotación para la tala, con el beneplácito de ambos pueblos.

Como decía en el primer párrafo, sería deseable que volviera a cubrirse el paisaje castellano con extensos bosques pero si al menos alcanzásemos en este siglo XXI un 10% podríamos darnos por satisfechos por el deber cumplido porque en la actualidad solo sobreviven los chopos y vegetación de ribera.

¿Quién sabe? al menos se dan pequeños indicios en algunas laderas de nuestro entorno. Esperemos con fe y quizás, tal vez, las nuevas generaciones vengan con el paso cambiado y se recupere para nuestros tataranietos lo que arrancaron nuestros tatarabuelos.

miércoles, 18 de mayo de 2022

Al corazón por el estómago

Al corazón por el estómago. 

A una amiga mía, utilizando términos culinarios digamos que se le había pasado el arroz, pero yo le repetía insistentemente:

 ¡Al hombre se le conquista por el estómago! 

Hasta que siguiendo mis consejos se apuntó a clases de cocina y antes de terminar el curso se casó. Tengo verdadero interés de conocer cómo le va la conquista.

 Dejando de lado los chascarrillos, yo en mi condición masculina tengo cubiertas mis necesidades y no necesito seducir a nadie, pero en mis actividades comerciales siempre lo tengo en cuenta si el asunto es importante y mis mejores resultados los conseguí invitando a mis clientes, generalmente un reducido grupo de empresarios del norte de Europa, a comer en la sociedad gastronómica a la que pertenezco.

 Allí me meto en faena y me transformo. Soy el chef en la cocina y el maître en el comedor, pero para que no estén aburridos pido su colaboración en la tarea y solícitos me atienden, aunque su torpeza denota que su noción sobre este arte no va más allá de hacer unos huevos pasados por agua. Sin embargo les pongo el delantal y dirigidos por mí les resulta divertido. 

Puedo asegurar, que en una ocasión conseguí una estupenda transacción gracias a que entre bromas y chanzas el tipo se pudo hacer fotos con el gorro de cocinero, alzando un enorme cuchillo con una mano y abrazando con la otra un jamón ibérico; la gracia que le hizo el poder presentar aquella evidencia de su divertimento fue tal que me lo gané.

 Pero lo normal siempre, las mejores armas que en la cocina deciden el resultado es buscar la calidad utilizando los productos de temporada que encuentro en el mercado y recurrir a los platos tradicionales porque siempre sorprende al comensal y garantizan que el éxito esté asegurado. Un buen bacalao seco como una alpargata, preparado al pil pil sorprende al más exigente de los comensales. Una cazuela de chipirones en su tinta, impacta tanto como lo haría el mejor de los manjares y a su vez tan exóticos como unos caracoles recogidos en la huerta y guisados como lo hacía la abuela. Las morcillas aderezadas con especias al estilo de Burgos, simplemente fritas deleitan el paladar por ser tan diferentes a otros embutidos. Y aunque de naturaleza sencilla, unas gildas como llaman en Bilbao al pincho de aceituna, guindilla y anchoa del Cantábrico, es algo que sorprende a todo el mundo. Elaboraciones todas habituales de estas tierras, pero insólitas por desconocidas en muchos países. 

Les gusta probar nuevos sabores y texturas, el ambiente es propicio y un buen vino tinto de crianza lo hará si cabe aún más apetecible. El momento de asegurar un buen contrato es este. Para que nazca una relación firme entre camaradas que nos aporte confianza y abra puertas a nuevos negocios en el futuro.

 Atención, ha de aprovecharse el momento, antes de que el brandy se lo impida. Hay hombres, que se dejan conquistar con facilidad por el estómago.

 Con otros no hay modo, puede que sean demasiado sibaritas, exagerados tiquismiquis por genética o quizás ya se operaron de una úlcera. Pero bueno, en ese caso qué más os voy a contar. 

Francisco García

sábado, 16 de abril de 2022

EN CLAVE DE HUMOR

 EN CLAVE DE HUMOR


ANTAÑO Y OGAÑO

Antaño, los padres preocupados por el progreso de su retoño en la escuela, de vez en cuando preguntaban al maestro: 

 Qué me dice del chaval. ¿Vale pa’estudiar? Que si no se aplica, me lo llevo a arar.

 No va mal no, pero le cuesta lo suyo porque se esfuerza poco.

Bueno pues palo, que la letra con sangre entra.

Al día siguiente:

 Papá, mamá, el maestro me ha pegado con la regla. 

 Mira niño, ya me tienes harta. !Plís plás! Toma, un par de sopapos más para que espabiles, que me vas a matar a disgustos. 

 Calla ya niño, deja de llorar o me quito la zapatilla. ¿Te duele? Más me duele a mí.

Cómo ha cambiado la vida en sólo medio siglo transcurrido desde entonces. 

Ogaño, los pequeños y pequeñas de apenas diez años se amotinan en clase, le zurran al profesor, hacen manifestaciones en contra del docente y arman un gran complot en su contra hasta conseguir que le sustituyan. Los papás se reúnen en la AMPA y elevan una queja al director exigiendo que el maestro sea expedientado. Pero a los niños que nadie ose tocarles.

Antaño los adolescentes querían destacar y veían una posibilidad de hacerlo ante el sexo opuesto desplazándose sobre una flamante moto.

 Mamá, yo quiero una moto.

 Yo no soy tu criada si eso es lo que quieres, se lo pides a tu padre.

 Papá, cómprame una moto.

 Ni moto ni mota, hijo. ¿Te has creído que soy el Banco de España? Pues te equivocas y el dinero no crece en los árboles. 

 Jo papá tengo amigos que la tienen, no entiendo por qué tú no me la compras.

 Porque lo digo yo y punto.

 Te prometo que sacaré el curso sin problemas.

 Anda, déjame en paz, lo hablaré con tu madre.

Las madres siempre tienen la última palabra y las de aquella época tenían salida para todo.

 Tú eres el padre y lo que digas se hará, pero es la primera vez que me siento en todo el día, podíamos decirle que colabore más en el hogar y tal vez tendría una recompensa.

 Vale mujer, encárgate tú de ello.

  ¿Que estás cansado? ¡Anda no me tomes el pelo, que te...que te... que te...! Para salir de fiesta nunca lo estás. Ya tengo ganas de que te eches novia y te largues de una vez.

 Pero me vas a ayudar con papá o qué.

  ¿Acaso hablo en chino? Anda tontorrón, que haré lo que pueda.

Ogaño los chavales se alinean con las nuevas tecnologías y muestran más interés por conseguir la Play, la Tablet, el teléfono móvil o el ordenador y se pasan horas siguiendo mensajes por Whatsapp o jugando con la pantalla en vez de hacerlo con amigos. 


LA FAMILIA NUMEROSA

En muchos hogares el elevado número de hijos desbordaba a los cabezas de familia, que para restablecer el orden tomaban decisiones salomónicas que de paso resultasen instructivas:

1.-Imponiendo respeto por un trabajo bien hecho. 

 Si os vais a matar salid fuera, que acabo de fregar el suelo.

2.-Fomentando el hábito a la oración.

 Reza para que esa mancha salga de la alfombra. 

3.-Acatamiento a la jerarquía establecida.

 Cuando seas padre, comerás un huevo. 

4.-Un buen razonamiento, corto y conciso.

 Porque lo digo yo y punto.

5.-Lo que es la ironía.

 Si no te callas vas a llorar por algo.

6.-Paradigma de previsión. 

 Hija lleva siempre la ropa interior limpia por si acaso. 

7.-Lección de odontología.

 Como vuelvas a contestarme te estampo los dientes contra la pared. 

8.-Promoviendo el ahorro.

–Guárdate las lágrimas para cuando yo muera. 

9.-Introducción a la biología.

 Tienes menos sesos que un mosquito.

10.-Supervivencia.

 No cuentes tus penas, los buitres se abalanzan sobre los animales heridos. 


DIVERTIDOS SINÓNIMOS DE DIVERTIDO

Fantástico: Era un joven muy influenciado en los pensamientos religiosos orientales. Sin ser budista admiraba las técnicas Zen y la disciplina Tao. En el trabajo lo hacía todo zentao y se lo tomaba con mucha karma.

Sandunguero: Oiga, dígame usted que trabaja en la morgue ¿Cree que después de la muerte hay una vida mejor?

Depende de la muerte de quién sea.

Guasón: Papá, ¿es verdad que en algunas culturas la mujer no conoce al marido hasta que se casa? 

Eso pasa en todas partes hijo.

Jocoso: Le dice Puri a Paco, su esposo: Hoy para cenar, sobras.

Y este responde: Que sepas Puri, que tú a mí tampoco me haces falta.

Hilarante: Imagínense a una joven en un baño público, sin apoyar el culo, sujetándose con una mano en la pared, la otra en la puerta y el bolso en los dientes.

Ocurrente: No te deseo ningún mal pero ojalá que cuando te pintes las uñas te empiece a picar el culo.

Feliz: El covid sigue activo, lo diferente es que ya tenemos permiso para salir a buscarlo.

Placentero: Si no quieres renunciar a tus sueños, sigue durmiendo.

Distraido: Dice tu hijo que la cisterna pierde.

Dile que lo importante es participar.

Risueño: Antes llegaba el fin de semana y lo daba todo por salir, ahora lo doy por no salir. 

Chistoso: El amor tocó a mi puerta una vez y yo estaba paseando al perro.









sábado, 12 de marzo de 2022

A mi madre

 

A mi madre

 

Antolina, falleció con 99 años, una edad avanzada y aunque teníamos asumido que llegaría algún día irremediablemente, sentimos como si nos hubiera sido arrebatada prematuramente. Su esposo, hermanas, amigas y casi todos los conocidos de su generación se fueron antes y ella, aunque con buena salud fue perdiendo vitalidad paulatinamente y algún día nos habría de dejar.

 Nació en abril de 1922 en Tórtoles de Esgueva y falleció en julio del 2021 en Aranda de Duero.

Se hace lógico pensar que si se llega al desenlace tras una enfermedad larga y dolorosa la familia se siente aliviada, pero en nuestro caso apenas existió esa fase. Incluso hacíamos planes para celebrar el centenario. Le dio un ictus y no pudimos hacer nada, por mucho que nos costase aceptarlo no había vuelta atrás. Los trámites ineludibles de las primeras horas son muchos, como los relacionados con la funeraria, organizar las exequias, avisar a los más allegados, las esquelas, la iglesia, las flores y el tanatorio. Todo ello nos mantuvo abstraídos como ausentes de la realidad.

Añadiré que hubo momentos en que se avivaron sentimientos que desconocía, que no me esperaba. Algunos negativos que me soliviantaban como al recibir la noticia negándome a aceptarlo. O cuando echaba de menos a las personas cuya ausencia, era a mí entender inexcusable. También me resultaba extraño que la voz trémula me delatase al atender algunas llamadas de teléfono. Gratificante al recibir las condolencias, o al escuchar al sacerdote decir su nombre en la homilía de la misa de cuerpo presente. Afectado por una angustia amorosa al ver por última vez su rostro en las horas del tanatorio. Quizás todo ello es lo más normal, pero sin lugar a dudas lo mejor, lo que hizo mella no sólo en mí sino en todos los presentes fue la intervención de Asier, mi nieto de 9 años biznieto de la difunta, leyendo desde el altar un resumen de la vida de su bisabuela.

 

Decía así:

Hoy despedimos a Antolina, una mujer valiente, trabajadora y tenaz. Aunque nació en Tórtoles y ha vivido muchos años en Basauri, llevaba el nombre de Torresandino con mucho orgullo y todo el cariño del mundo.

Desde niña esquivó todas las piedras que la vida le puso en el camino y siempre que se caía, se volvía a levantar, con la fe de quien ama la vida.

Cuando le preguntaban qué había hecho para llegar a esa edad, contestaba: Trabajar mucho, pasar mucha hambre y sobrevivir a una guerra, una posguerra y en los últimos meses, incluso a una guerra sin armas.

Era una gran conversadora. Encantada siempre de tener a alguien que quisiera compartir sus vivencias y anécdotas, que como os podéis figurar, no fueron pocas y con memoria prodigiosa y gracia singular relataba siempre sus historias, siendo un lujo escucharla.

Impaciente, esperaba la llegada del verano para regresar al que para ella era su pueblo, Torresandino, donde encontró el amor y formaron una familia. Le gustaba recorrer sus calles y, sobre todo, sus caminos, recordar la vida que pasó en él, como por ejemplo el día de la cosecha, que ella disfrutaba especialmente tomando parte activa en los actos.

De gustos sencillos, disfrutaba sobre todo de la compañía de sus hijos, de las carantoñas de sus nietas y de los juegos y mimos de sus biznietos. Orgullosa y feliz de tener a su familia unida.


Han pasado los primeros meses y hablar de ella es posible sin que la emoción nos embargue, así que tengo el ánimo de escribir mi particular versión sobre ella y lo que la vida le deparó para criar y educar a cuatro hijos hasta que estos pudieron volar por sí mismos. Desgraciadamente perdió al más pequeño cuando sólo contaba con 12 años y también el marido murió relativamente joven con 75.

Mi madre madrugaba, encendía el fuego del hogar y se marchaba con dos cántaros por agua a la fuente pública de la plaza, nos despertaba y mientras calentaba el desayuno vigilaba para que nos vistiéramos y aseáramos para ir a la escuela. Una vez que se quedaba sola se ocupaba de una limpieza general en la casa antes de atender la cuadra y los animales domésticos tales como gallinas, la cabra, un cerdo, el mulo, el gato y el perro, llenando bebederos, pesebres y comederos, cambiaba el lecho y retiraba las basuras. Hacer la compra y cocinar era a diario y por supuesto la colada semanal pero esporádicamente realizaba otros trabajos en el campo para complementar la tarea de su esposo en la cosecha propia de cereales, en temporada recolectaba hongos y setas, berros o collalbos. Rebuscaba uva tras la vendimia o espigar en los rastrojos. En invierno se hacía la matanza del cerdo y ella elaboraba los embutidos y hacía lo necesario para la conservación secándolo u oreándolo, metiéndolo en salazón o en grandes orzas de aceite. De cuando en cuando se pasaba el día entero en la tahona cociendo grandes hogazas de pan.

Por si esto fuera poco supervisaba la educación de sus cuatro niños desde las primeras letras, inculcándoles a la vez las más elementales normas de comportamiento con sus semejantes para ser una persona de bien. 

A su manera particular vivió para sus hijos y sólo nos pidió que no la lleváramos a una residencia de ancianos porque ello la mataría, según sus palabras. A los hijos no nos resultó difícil hacer su voluntad y ha estado alternando casa con los tres hasta el fin y así, efectivamente ha sido feliz los últimos diez años, sin faltarle compañía para pasear, jugar con los naipes o al parchís y en largas tertulias, que nos dejaba fascinados por su prodigiosa memoria.

Yo, no quiero dar a entender que ella fuese un caso singular, sino todo lo contrario, su vida fue similar a la de otras muchas madres contemporáneas, en la España rural de la posguerra. Lo que la hacía especial a esta, es que esta, era mi madre. D. E. P.

   Paco




























 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 12 de febrero de 2022

Charlas con mi abuelo

 

 

Charlas con mi abuelo

 

A los diez años, pasé mis primeras vacaciones navideñas en Torresandino. El termómetro marcó varios grados bajo cero en el pueblo, lo que no animaba a salir a la calle. Las chimeneas humeantes destacaban sobre las tejas, blancas por la helada que reflejaban los incipientes rayos del sol mañanero. La estampa era bucólica, pero aun así no apetecía salir a la calle. Mi abuelo Enedino, hacía que las horas junto al fuego del hogar fuesen más amenas, narrando anécdotas interesantes en la jerga cascona de la época, (Cascón es el gentilicio de las gentes de esta villa).

‑Cuéntame abuelo. ¿Cómo os protegéis de la tormenta en medio del campo?

‑Recuerdo una vez antaño que “estemos” a punto; le faltó muy poco para pillarnos “de adeveras. “Endeve” abandonar, nos “apresuremos” a acabar la labor ese día y evitar volver por esos andurriales, porque “pilla” “mu’lejos”. “A lo primero” “andé” dudando si dirme” o no pa’casa”. Barruntaba cambio de tiempo a pior por el viento que soplaba de “bajero” y el cielo “to’arrugau” que al pronto se tornó “mu” oscuro por “allá’bajo”. Si aguantase una hora, sería “aparente p’acabar” de binar la emelga prevista sin acoquinarnos; “asín que” apuré a ajustar los aperos a la yunta. Mi macho Sultán, negro zaino, “mu’templau”, en el “arau” lo acoyuntaba en el ubio con la Lucera, una acémila propiedad de mi “cuñau”, parda y “mu’echá p’alante”. Tanto los dos brutos como yo, “arreemos”. Ninguno se achantó en el tajo y “contra más” sonaba la tormenta más coraje le “echemos”. Fue una suerte, “aquí enesto” “n’amás” cayeron cuatro gotas que “en un inte” amainó y al cabo, dejó de tronar y escampó, acabando todo en apenas una “aguarradilla” “A lo último” “necesitemos” un tentempié “pa’recuperar” fuerzas y “dediquemos” unos minutos a comer un “mordisco” con un corrusco de hogaza y el pedazo de papada de cochino adobada, que la yaya me había metido en el fardel. Estaba “güenismo” y “en un tris” me lo “eché al coleto”, con unos tragos del “morapio” de la bota. A las nobles bestias los premié con una “almuenza” extra de pienso en las cebaderas.

‑Uf, menos mal, realmente fue una suerte, tendríais que tener más cuidado.

‑En el pueblo “habíamos” agricultores “mu’tozudos” que creíamos saber “to“  lo del campo. “A santo de qué” nos iba a sorprender. A veces nos caía un diluvio. “!Qué hacer sinó!”, aunque los días que “presagiemos” tormenta, por si acaso “evitemos” ir a parajes lejanos. Y si contra todo presagio llegaba “de sopetón” pillándonos al raso, guipábamos” un aprisco en el entorno para guarecernos del aguacero, aunque “de cuando en cuando” por “mala folla”, “claro está”, nos ponía como sopas.

‑Cuéntame más abuelo –le insté para que siguiese‑, me divierte cómo lo explicas.

‑En una ocasión la tuve “parda” con el vecino de “ay eneso”. No te amuela, que desde que llegó a este barrio, el “tonto l’aba” le dio por difamarme “sin ton ni son”. “Agarré y me fui” a buscarle. No “lleguemos” a las manos, pero me “amosqué” con él “de adeveras”. ”Siesque” es un “esgarramantas “resabiau” que sólo sabe “despotricar” “n’amás” que chismes e infundios sobre “to’quisqui”. Este hombre aparenta ser un “echao palante” pero “endebe” trabajar, se pasa el día sin dar un palo al agua porque “paice” que hacer labor le “tira pa’tras”. ”Anda deay” –le dije‑, que te la juegas “a mayores”: si sigues hablando, a mí ”ni me mientes” y “ándate con tiento” te lo aviso, que “se me va la olla” y la próxima vez te voy a “sobar la badana” con la tralla. “A la postre”, es una sabandija que “contra más” se le diga da igual, porque “se me hace” que “si estudiaría” para borrego aprobaría, porque “tie” la cabeza “mu dura”

Otro día el abuelo me propuso subir al desván, me pareció que sería entretenido acompañarle, para descubrir lo que durante años se había ido arrinconando allí arriba.

‑Vamos ‑respondí sin dudarlo. Él se mostró complacido, porque no cayó en la cuenta de que los niños preguntan por todo. Tendría ocasión de lamentarlo.

‑ ¿Para qué servía esta cosa tan grande?

‑Esa cosa es un cesto “p’avendimiar”, hecho a mano con mimbres como se hacían antes. El otro más chico es un “cunacho” de madera de castaño. A la tienda de ultramarinos íbamos con el “serón”, es el más pequeño y está hecho de esparto.

‑ ¡Andá!, un tenedor de gigante –dije sorprendido‑, qué curioso.

‑No, a eso aquí lo llamamos garia aunque en otros pueblos su nombre es horca; antaño esta herramienta la “usemos” para cargar las mieses al carro. Mira más “p’alante” y “estate al loro” que “tie questar” también un badil, “un azolón”, un gavilán, y un montón de achiperres que los labradores “empleemos” hasta hace poco.

‑Oye, ¿por qué tienes un cubo ahí en medio?

‑ ¡Ah! El caldero –respondió paciente‑; no lo movemos “de’onde” está, hasta que podamos subir al “tejau” a quitar una gotera que cae cuando chubasquea, si chaparrea fuerte ponemos también un barreño de cerámica, que “tie’questar” por “ay en eso”.

‑ ¿Coleccionabas botellas de vidrio? Tienes algunas enormes.

‑Son garrafones que ya no se usan y “p’aque” no se escacharren los puse en ese basar; las de medio cuartillo, cuartillo y litro, siempre las “usemos” a diario para vino o aceite en la cocina. Los de azumbre, media y una cántara, las “utilicemos” “p’aguardar” las reservas de toda la temporada.

‑ ¡Mira abuelo! He encontrado un estuche lleno de monedas.

‑Me vendría “aparente” porque estoy sin blanca. Pero nuestro gozo en un pozo, son sólo unas cuantas “perras gordas” y algún “realín”, también hay “rubias” y algún “duro” que de chico solía gastar en comprar un pirulí; ya no valen para “p’aná”, te las puedes quedar. Pero abre ese baúl que tienes enfrente “chiguito”, aún están ahí algunas cosas que te gustarán.

‑ ¿Sí? Qué emocionante. Ya veo una peonza, un silbo, una carraca, un tren de chapa, un muñeco de trapo, un caballo de cartón y un tiragomas. El resto no lo conozco.

‑Nosotros la llamábamos “tarusa”, chiflo, matraca y “tirabique”. Las chapas de hierro roñoso son los “tangos” que se lanzan a la “tuta” esa de madera. Pero ven “p’acá”, mira, este es “el alicoto” y “es’otro” es el “inque”, estaban “aquí enesto”.

‑ ¿Puedo coger alguno? Me encantan estos juguetes antiguos.

‑Claro que puedes, “onde va a dar”, porque ahora serán tuyos, pero para que no te manches déjame que los quite un poco el polvo con esta rodea”. Los “guardemos” la abuela y yo con ilusión y apego porque durante mucho tiempo el “alipende” de tu padre, se pasaba horas muertas jugando con “to’esto”.

‑ ¡Qué bien abuelo! con esto, seguro que me lo paso pipa.

“Velay” que “asín” dejes de estar “pegau” a la televisión.

Hace 50 años de lo que cuento. Hace unos días al abrir un arcón lleno de recuerdos vi los juguetes de madera, hojalata, lana y cartón, hechos siempre a mano y pensé en las veces que yo los disfruté, más tarde mi hija y seguían allí, listos para la siguiente generación. Gracias abuelo por tu legado. Pasaré el testigo a mi nieto.

 

VOCABULARIO:

 


“Agarré y me fui”: Entonces me fui.

“A la postre”: Después de todo.

“A lo primero”: Al principio.

“A lo último”: Al final.

“A mayores”: Muy en serio.

“Amosqué”: Me enfadé.

“Andé”: Vulgarismo de anduve.

“A pior”: Deformación de a peor.

“Apresuremos”: Vulgarismo por apresuramos.

“Aguarradilla”: Lluvias de escasa importancia.

“Alipende”: Niño pillo, caradura.

“Allá’bajo”: Contracción de: Allá abajo.

“Amoscarme”: Enfadarme.

”Anda deay”: Quita de ahí.

“Ándate con tiento”: Anda con cuidado.

“Aparente pa’cabar”: Apropiado para acabar.

“Aquí enesto”: Aquí mismo.

“Arau”: Deformación de arado.

“Arreemos”: : Vulgarismo por arreamos.

“Asín”: Deformación de así.

“Asín que”: Deformación de así que.

“Bajero”: Localismo. Viento del sur oeste.

“Claro está”: Localismo. Que es evidente.

“Contra más”: Deformación de cuanto más.

“Cuñau”: Deformación de cuñado.

“Chiguito”: Localismo de chaval.

“De adeveras”: De verdad, en serio.

“De cuando en cuando”: De vez en cuando.

“De sopetón”: De repente.

“Dediquemos”: Vulgarismo por dedicamos.

“Despotricar”: Mal hablar de una persona.

“Dirme”: Contracción por de irme.

“Duro”: Moneda de 5 pesetas.

“Echemos”: Vulgarismo de echamos.

“El alicoto”: Juego muy antiguo.

 “En un inte”: Localismo por un instante breve.

“En un tris”: Localismo por un momento.

“Endebe”: Vulgarismo por en vez de.

“Esgarramantas”:Localismo de vago y perezoso.

“Es’otro”: Deformación de eso otro.

“Estemos”: Vulgarismo por estamos.

“Evitemos”: Vulgarismo por evitamos.

“Guardemos”: Vulgarismo por guardamos.

 “Güenismo”: Vulgarismo de buenísimo.

“Guipábamos”: Localismo. Localizábamos.

“Inque”: Palo afilado para jugar al inque.

“Lleguemos”: Vulgarismo por llegamos.

“Mala folla”: Vulgarismo de mala suerte.

“Mu’dura”: Contracción de muy dura.

“Mu’lejos”: Contracción de muy lejos.

“Mu’ templau”: Contracción de muy templado.

“Mu’echá p’alante”: Contracción de muy animoso.

“N’amás”: Contracción de nada más.

“Necesitemos”: Vulgarismo por necesitamos.

”Ni me mientes”: Ni me nombres.

“Onde va a dar”: Localismo, dónde va a parar.

“P’acá”: Contracción de para acá.

“Pa’casa”: Contracción de para casa.

“Paice”: Vulgarismo de parecer.

“P’aná”: Contracción de para nada.

“P’arecuperar”: Contracción de para recuperar.

“Parda”: Localismo por discusión recia, fuerte.

“Pegau”: Vulgarismo de pegado.

“Perras gordas”: Moneda de 10 cts de peseta.

“Pilla”: Que queda distante.

“Presagiemos”: Vulgarismo de presagiar.

“Qué hacer sinó”: Localismo de Naturalmente.

“Realín”: Moneda de 25 cts de peseta.

“Resabiau”: Receloso.

“Rodea”:Paño de cocina.

“Rubias”: Moneda de peseta.

“Se me hace”: Vulgarismo por me parece.

“Se me va la olla”: Localismo se me va la cabeza.

”Siesque”: Deformación de si es que.

“Si estudiaría”: Vulgarismo de si estudiase.

“Sobar la badana”: Localismo de dar una paliza.

“Tangos”: Pieza del juego de tuta o tarusa.

“Tarusa”/”tuta”: Pieza del juego de tuta o tarusa.

“Tie”: Contracción de tiene.

“Tira p’atrás”: Contracción de tira para atrás.

“Tirabique”: Tiragomas.

“To’arrugau”: Contracción de todo arrugado.

“To’esto”: Contracción de todo esto.

“To’quisqui”: Localismo de toda la gente, todos.

“Usemos, utilicemos empleemos”: Vulgarismos. 

“Velay”: Localismo de tal vez, quizás así.