Un embalse que no pasó de proyecto
Aquel pantano se alimentaría de las aguas del Esgueva engrosadas
quinientos metros antes de la propia presa por el río Aguachal o Henar como le
denominan en los mapas. Es su principal afluente, cuyo nacimiento está en
Cilleruelo de Abajo, más las aportaciones a este del arroyo de Quintanilla que fluye
por terrenos de Torresandino.
La presa cerraría el valle desde el cotarro San Cristóbal
hasta las faldas del Andiable pasando junto al molino de arriba. Quedaría por
lo tanto muy cerca del casco urbano de Torresandino y nos lo imaginábamos apto para
deportes náuticos como vela, pesca, natación.
Yo era un niño porque hace de aquello ya más de sesenta
años, pero recuerdo las posteriores ocasiones que buscando setas de cardo subí
al cotarro y allí estaban los tacos de madera que nos decían a los niños que se
clavaron en la ladera para tener la referencia al hacer posteriores mediciones.
Finalmente se abandonó el proyecto con el regocijo de los
habitantes de Villatuelda y Terradillos que respiraron aliviados porque estos
pueblos quedaban anegados por las aguas, mientras que los labradores de
Torresandino quedaban decepcionados por no llegar a ver cumplidos sus anhelos
de regadío.
Pudo haber pasado pero no pasó, pero no estoy contando un
cuento o leyenda, que se quedó en un proyecto del siglo XX, año cincuenta y
nueve.