Charlas con mi abuelo
A los diez
años, pasé mis primeras vacaciones navideñas en Torresandino. El termómetro marcó
varios grados bajo cero en el pueblo, lo que no animaba a salir a la calle. Las
chimeneas humeantes destacaban sobre las tejas, blancas por la helada que
reflejaban los incipientes rayos del sol mañanero. La estampa era bucólica,
pero aun así no apetecía salir a la calle. Mi abuelo Enedino, hacía que las
horas junto al fuego del hogar fuesen más amenas, narrando anécdotas
interesantes en la jerga cascona de la época, (Cascón es el gentilicio de las
gentes de esta villa).
‑Cuéntame
abuelo. ¿Cómo os protegéis de la tormenta en medio del campo?
‑Recuerdo una
vez antaño que “estemos” a punto; le faltó muy poco para pillarnos “de adeveras”. “Endeve” abandonar, nos “apresuremos” a acabar la labor ese
día y evitar volver por esos andurriales, porque “pilla” “mu’lejos”. “A lo primero” “andé”
dudando si “dirme” o no “pa’casa”. Barruntaba cambio de tiempo “a pior”
por el viento que soplaba de “bajero” y el cielo “to’arrugau” que al pronto se
tornó “mu”
oscuro por “allá’bajo”. Si aguantase
una hora, sería “aparente p’acabar” de binar la emelga prevista sin acoquinarnos; “asín que”
apuré a ajustar los aperos a la yunta. Mi macho Sultán, negro zaino, “mu’templau”,
en el “arau”
lo acoyuntaba en el ubio con la Lucera, una acémila propiedad de mi “cuñau”, parda y “mu’echá p’alante”. Tanto los dos brutos como
yo, “arreemos”.
Ninguno se achantó en el tajo y “contra más” sonaba la tormenta más coraje
le “echemos”.
Fue una suerte, “aquí enesto” “n’amás” cayeron cuatro gotas que “en un inte”
amainó y al cabo, dejó de tronar y escampó, acabando todo en apenas una “aguarradilla”
“A lo
último” “necesitemos” un tentempié “pa’recuperar”
fuerzas y “dediquemos” unos minutos a comer un “mordisco” con un corrusco de
hogaza y el pedazo de papada de cochino adobada, que la yaya me había metido en
el fardel. Estaba “güenismo” y “en un tris” me lo “eché al coleto”, con unos tragos
del “morapio”
de la bota. A las nobles bestias los premié con una “almuenza” extra de pienso en las
cebaderas.
‑Uf, menos
mal, realmente fue una suerte, tendríais que tener más cuidado.
‑En el
pueblo “habíamos”
agricultores “mu’tozudos” que creíamos saber “to“ lo del campo. “A santo de qué” nos iba a sorprender.
A veces nos caía un diluvio. “!Qué hacer sinó!”, aunque los días que “presagiemos” tormenta, por si acaso “evitemos”
ir a parajes lejanos. Y si contra todo presagio llegaba “de sopetón” pillándonos al raso, “guipábamos” un aprisco en el entorno para
guarecernos del aguacero, aunque “de cuando en cuando” por “mala folla”,
“claro está”, nos ponía como sopas.
‑Cuéntame
más abuelo –le insté para que siguiese‑, me divierte cómo lo explicas.
‑En una
ocasión la tuve “parda” con el vecino de “ay eneso”. No
te amuela, que desde que llegó a este barrio, el “tonto l’aba” le dio por
difamarme “sin
ton ni son”. “Agarré y me fui” a buscarle. No “lleguemos”
a las manos, pero me “amosqué” con él “de adeveras”. ”Siesque”
es un “esgarramantas” “resabiau” que sólo sabe “despotricar”
“n’amás”
que chismes e infundios sobre “to’quisqui”.
Este hombre aparenta ser un “echao palante” pero “endebe” trabajar, se pasa el día
sin dar un palo al agua porque “paice” que hacer labor le “tira pa’tras”.
”Anda deay” –le dije‑, que te la juegas “a mayores”:
si sigues hablando, a mí ”ni me mientes” y “ándate con tiento” te lo aviso, que
“se me va
la olla” y la próxima vez te voy a “sobar la badana” con la tralla. “A la postre”,
es una sabandija que “contra más” se le diga da igual, porque “se me hace”
que “si
estudiaría” para borrego aprobaría, porque “tie” la cabeza “mu
dura”
Otro día el
abuelo me propuso subir al desván, me pareció que sería entretenido acompañarle,
para descubrir lo que durante años se había ido arrinconando allí arriba.
‑Vamos ‑respondí
sin dudarlo. Él se mostró complacido, porque no cayó en la cuenta de que los
niños preguntan por todo. Tendría ocasión de lamentarlo.
‑ ¿Para qué
servía esta cosa tan grande?
‑Esa cosa es
un cesto “p’avendimiar”,
hecho a mano con mimbres como se hacían antes. El otro más chico es un “cunacho”
de madera de castaño. A la tienda de ultramarinos íbamos con el “serón”, es
el más pequeño y está hecho de esparto.
‑ ¡Andá!, un
tenedor de gigante –dije sorprendido‑, qué curioso.
‑No, a eso
aquí lo llamamos garia aunque en otros pueblos su nombre es horca; antaño esta
herramienta la “usemos” para cargar las mieses
al carro. Mira más “p’alante” y “estate al loro” que “tie questar” también un badil, “un azolón”, un gavilán, y un
montón de achiperres que los labradores “empleemos” hasta hace poco.
‑Oye, ¿por
qué tienes un cubo ahí en medio?
‑ ¡Ah! El
caldero –respondió paciente‑; no lo movemos “de’onde” está, hasta que podamos
subir al “tejau”
a quitar una gotera que cae cuando chubasquea, si chaparrea fuerte ponemos
también un barreño de cerámica, que “tie’questar” por “ay en eso”.
‑ ¿Coleccionabas
botellas de vidrio? Tienes algunas enormes.
‑Son garrafones
que ya no se usan y “p’aque” no se escacharren los puse en ese basar; las de medio
cuartillo, cuartillo y litro, siempre las “usemos” a
diario para vino o aceite en la cocina. Los de azumbre, media y una cántara, las
“utilicemos” “p’aguardar”
las reservas de toda la temporada.
‑ ¡Mira
abuelo! He encontrado un estuche lleno de monedas.
‑Me vendría “aparente”
porque estoy sin blanca. Pero nuestro gozo en un pozo, son sólo unas cuantas “perras
gordas” y algún “realín”, también hay “rubias” y algún “duro”
que de chico solía gastar en comprar un pirulí; ya no valen para “p’aná”, te las puedes quedar. Pero abre ese baúl que
tienes enfrente “chiguito”, aún están ahí
algunas cosas que te gustarán.
‑ ¿Sí? Qué emocionante.
Ya veo una peonza, un silbo, una carraca, un tren de chapa, un muñeco de trapo,
un caballo de cartón y un tiragomas. El resto no lo conozco.
‑Nosotros la
llamábamos “tarusa”, chiflo, matraca y “tirabique”. Las chapas de hierro roñoso son
los “tangos”
que se lanzan a la “tuta” esa de madera. Pero ven “p’acá”, mira, este es “el alicoto”
y “es’otro”
es el “inque”,
estaban “aquí
enesto”.
‑ ¿Puedo
coger alguno? Me encantan estos juguetes antiguos.
‑Claro que
puedes, “onde
va a dar”, porque ahora serán tuyos, pero para que no te manches déjame
que los quite un poco el polvo con esta “rodea”. Los “guardemos” la abuela y yo con
ilusión y apego porque durante mucho tiempo el “alipende” de tu padre, se pasaba
horas muertas jugando con “to’esto”.
‑ ¡Qué bien
abuelo! con esto, seguro que me lo paso pipa.
‑“Velay” que “asín” dejes de estar “pegau” a la televisión.
Hace 50 años
de lo que cuento. Hace unos días al abrir un arcón lleno de recuerdos vi los
juguetes de madera, hojalata, lana y cartón, hechos siempre a mano y pensé en
las veces que yo los disfruté, más tarde mi hija y seguían allí, listos para la
siguiente generación. Gracias abuelo por tu legado. Pasaré el testigo a mi
nieto.
VOCABULARIO:
“Agarré y me fui”: Entonces me fui.
“A la postre”: Después de todo.
“A
lo primero”: Al principio.
“A lo último”: Al final.
“A mayores”: Muy en serio.
“Amosqué”: Me enfadé.
“Andé”:
Vulgarismo de anduve.
“A pior”: Deformación de a peor.
“Apresuremos”:
Vulgarismo por apresuramos.
“Aguarradilla”: Lluvias de escasa importancia.
“Alipende”: Niño pillo,
caradura.
“Allá’bajo”: Contracción de: Allá abajo.
“Amoscarme”: Enfadarme.
”Anda deay”: Quita de ahí.
“Ándate con tiento”: Anda con cuidado.
“Aparente pa’cabar”: Apropiado para acabar.
“Aquí enesto”: Aquí mismo.
“Arau”: Deformación de arado.
“Arreemos”: ”:
Vulgarismo por arreamos.
“Asín”: Deformación de así.
“Asín que”: Deformación de así que.
“Bajero”: Localismo. Viento del sur oeste.
“Claro
está”: Localismo. Que es evidente.
“Contra más”: Deformación de cuanto más.
“Cuñau”: Deformación de cuñado.
“Chiguito”: Localismo de chaval.
“De
adeveras”: De verdad, en serio.
“De cuando en cuando”: De vez en cuando.
“De sopetón”: De repente.
“Dediquemos”: Vulgarismo por dedicamos.
“Despotricar”: Mal hablar de una persona.
“Dirme”: Contracción por de irme.
“Duro”: Moneda de 5 pesetas.
“Echemos”: Vulgarismo de echamos.
“El alicoto”: Juego muy antiguo.
“En un inte”: Localismo
por un instante breve.
“En
un tris”: Localismo por un momento.
“Endebe”: Vulgarismo por en vez de.
“Esgarramantas”:Localismo de vago
y perezoso.
“Es’otro”: Deformación de eso otro.
“Estemos”: Vulgarismo por estamos.
“Evitemos”: Vulgarismo por evitamos.
“Guardemos”: Vulgarismo por guardamos.
“Güenismo”:
Vulgarismo de buenísimo.
“Guipábamos”: Localismo. Localizábamos.
“Inque”: Palo afilado para jugar al inque.
“Lleguemos”: Vulgarismo por llegamos.
“Mala folla”: Vulgarismo de mala suerte.
“Mu’dura”: Contracción de muy dura.
“Mu’lejos”: Contracción de muy lejos.
“Mu’ templau”: Contracción de muy templado.
“Mu’echá p’alante”: Contracción de muy animoso.
“N’amás”: Contracción de nada más.
“Necesitemos”: Vulgarismo por necesitamos.
”Ni me mientes”: Ni me nombres.
“Onde va a dar”: Localismo, dónde va a parar.
“P’acá”: Contracción de para acá.
“Pa’casa”: Contracción
de para casa.
“Paice”: Vulgarismo de parecer.
“P’aná”: Contracción de para nada.
“P’arecuperar”: Contracción de para recuperar.
“Parda”:
Localismo por discusión recia, fuerte.
“Pegau”: Vulgarismo de pegado.
“Perras gordas”: Moneda de 10 cts de peseta.
“Pilla”:
Que queda distante.
“Presagiemos”: Vulgarismo de presagiar.
“Qué hacer sinó”: Localismo de Naturalmente.
“Realín”: Moneda de 25 cts de peseta.
“Resabiau”: Receloso.
“Rodea”:Paño de cocina.
“Rubias”: Moneda de peseta.
“Se me hace”: Vulgarismo por me parece.
“Se me va la olla”: Localismo se me va la cabeza.
”Siesque”: Deformación de si es que.
“Si
estudiaría”: Vulgarismo de si estudiase.
“Sobar la badana”: Localismo de dar una paliza.
“Tangos”: Pieza del juego de tuta o tarusa.
“Tarusa”/”tuta”: Pieza del juego de tuta o tarusa.
“Tie”: Contracción de tiene.
“Tira p’atrás”: Contracción de tira para atrás.
“Tirabique”: Tiragomas.
“To’arrugau”: Contracción de todo arrugado.
“To’esto”: Contracción de todo esto.
“To’quisqui”: Localismo de toda la gente, todos.
“Usemos, utilicemos empleemos”: Vulgarismos.
“Velay”: Localismo
de tal vez, quizás así.