Los chopos
Este árbol es el más común en muchos de los pueblos castellanos, tal es el caso de Torresandino mi
pueblo, en el valle del Esgueva burgalés.
El chopo o álamo negro consiguientemente es uno de los árboles más abundante de la Península Ibérica
El chopo o álamo negro consiguientemente es uno de los árboles más abundante de la Península Ibérica
donde se encuentra distribuido por la mayor parte del territorio hasta cotas de 1800 m. Pero su origen
es controvertido aunque parece ser natural de la Península Ibérica y fue introducido en América por los
colonizadores españoles. Pero se extiende desde antiguo por Europa, Asia y el norte de África.
Sus hojas caducas, triangulares de borde aserrado, miden de 3 a 6 cm y son de un verde intenso por
Sus hojas caducas, triangulares de borde aserrado, miden de 3 a 6 cm y son de un verde intenso por
ambas caras que se vuelve amarilla antes de la caída al final del otoño. Para el aprovechamiento
forestal
se suele talar con alturas de 20 a 30 m hacia los 25 años, su longevidad normal ronda los 70 – 80 pero
puede alcanzar los 100.
Por su rápido crecimiento su madera es blanda y no puede competir con otros árboles por lo cual es de
Por su rápido crecimiento su madera es blanda y no puede competir con otros árboles por lo cual es de
escaso valor pero por la facilidad de su cultivo, se encuentran plantaciones de muchos ejemplares
porque tiene múltiples aplicaciones como por ejemplo en elaboración de pasta de papel, tablones y
palets, embalajes livianos, en la construcción etc.
Entre los otros usos del chopo, dicen que con los brotes nuevos o yemas se hace un ungüento para la
Entre los otros usos del chopo, dicen que con los brotes nuevos o yemas se hace un ungüento para la
curación de las almorranas. También, que se usaba para teñir de amarillo o verde. Además de otras
propiedades que son utilizadas en farmacia. Y después de haber sido talado, de la madera en
descomposición de los tocones surgen las setas de chopo, de buena calidad y muy ricas al ajillo.
Las flores masculinas y femeninas, crecen agrupadas en una espiga o racimos colgantes y alargados.
Las flores masculinas y femeninas, crecen agrupadas en una espiga o racimos colgantes y alargados.
Los frutos se abren al madurar y liberan unas semillas parduzcas envueltas en un tejido algodonoso,
que el viento dispersa en primavera. A menudo esta pelusa se confunde con el polen, debido a que
coincide con el tiempo de las alergias.
Este árbol resiste bajas temperaturas y no es raro verlo solo o en filas, junto a caminos y carreteras.
Pero para una explotación económicamente interesante, la plantación suele contar con cientos o miles,
que tendrán un rápido crecimiento si el terreno está en zona húmeda o en lugares donde el agua esté
presente, como manantiales, fuentes, las riberas de los ríos, orillas de lagunas, embalses y zonas
encharcadas.
Durante el tiempo de desarrollo, las choperas se van transformando en una zona de importante
Durante el tiempo de desarrollo, las choperas se van transformando en una zona de importante
biodiversidad y riqueza ecológica. La flora alrededor del chopo, que empieza a aparecer con las malas
hierbas, arbustos, matorrales, cardos, espino, rosal silvestre, zarzas, mimbreras, pero progresivamente
van brotando de forma espontánea plantas autóctonas con presencia en el entorno como saucos,
salciñas, sauces, fresnos o alisos.
La fauna es considerable en ornitología, que cuenta con la presencia de aves como: mirlo, urraca,
paloma torcaz, petirrojo, jilguero, estornino, gavilán, grajilla, pájaro carpintero, gorrión
molinero, carbonero abubilla, ratonero, cigüeña y otros.
Las choperas especialmente al mediodía, atraen actividades estivales; tal es el caso de comidas al aire
libre, acampadas o simplemente como refugio de los fuertes calores veraniegos. Pasando el mediodía
empiezan a estirar sus largas sombras hacia levante, huyendo de los rayos anaranjados del sol en su
retirada hacia poniente, en una bonita puesta de sol.
El chopo, también llamado álamo negro se puede confundir con el álamo blanco del que sus diferencias
principales son:
Los dos son de hoja caduca pero la del chopo es verde brillante por ambas caras y la del álamo blanco
es también verde pero blanquecina o plateada por el envés. En otoño, las de los chopos se tornan
amarillos antes de la caída de las hojas y las de los álamos blancos no. La corteza del chopo, clara y
lisa de joven se vuelve pardo grisácea, arrugada y nudosa con los años y la del álamo blanco es blanca
y lisa.
En la literatura, sea en verso o en prosa, el chopo es un árbol mencionado con frecuencia en sus obras
por conocidos autores en castellano. Entre otros: Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pedro
Salinas, Víctor de la Serna o José Martínez Ruiz, ‘Azorín’.